El “Método Toni Nadal”

Por Damián Giovino (@DamianGiovino)

Es uno de los líderes deportivos más importantes, interesantes y particulares de las últimas décadas. Moldeó, en un trabajo artesanal, a la mente más fuerte y competitiva de la historia del deporte: Rafa Nadal. Sin deslumbrante talento natural, convirtió a su sobrino en un jugador avasallante e imponente en todos los aspectos. ¿Cómo lo consiguió? A continuación, se detalla a fondo, en su propia voz, artista por arista, el “Método Toni Nadal”, las claves del hombre que hizo de la dureza, su filosofía de trabajo.

Lo perjudicial del consentimiento:

“En muchas ocasiones la gente se frustra porque le hicieron creer que es mejor de lo que es. Lo sobrevaloraron. Cuando se enfrenta a la realidad se da cuenta que no era tan bueno y le cuesta aceptarlo. Algunos buscan motivar con mensajes positivos siempre. Eso es populismo. Fui muy duro con Rafa porque lo quería mucho. Nunca sería duro con alguien a quien no le tengo estima. Para avanzar en la vida es básico saber aceptar la realidad. Yo nunca le he escondido la realidad a Rafa”.

La era de la inmediatez y la tendencia a la frustración rápida:

“Hoy se buscan resultados inmediatos. Mejorar cuesta, entonces como los resultados inmediatos no se dan, la gente se frustra enseguida. Hoy en día hemos hecho del pasarlo bien lo esencial de la sociedad. Todos tenemos menos obligaciones que derechos. El pasarlo bien tiene sus consecuencias y es que cada vez queremos las cosas más fáciles y en menos tiempo. Todo lo que facilita en exceso, debilita, porque no te obliga lo suficiente”. 

No poner excusas y hacerse responsable de los propios actos y sus consecuencias:

“Nunca le aceptaba excusas por muy justificadas que estuvieran. No se permitía ni un gemido. Si buscas excusas las vas a encontrar, pero nunca una excusa te hará ganar un partido. La culpa siempre era de Rafa. Si iba a entrenar y se olvidaba el agua, no bebía en todo el entrenamiento así aprendía a ser responsable de sus cosas y la próxima vez se acordarse de traer su agua. Desde pequeño intenté inculcarle a Rafa que él era el responsable final de todo lo que le pasaba. De lo bueno y lo malo. Curiosamente la gente que más suele quejarse de la mala suerte, es la gente que menos hace por cambiar esa mala suerte. Las quejas responden a una falta de gratitud hacia la vida o creer que nos debería tratar mejor de lo que nos trata”.

Formar el carácter:

“Hay que preparar el carácter. Hoy falla la formación del carácter. Se enseñan conceptos que se encuentran desde el celular y no se apunta a trabajar el carácter, que no se inculca con palabras bonitas. Con Rafa he priorizado la formación del carácter por sobre la formación técnica. Lo fundamental es la actitud. Muy pocos son los elegidos que triunfan por sus dones y aptitudes naturales, el resto triunfa por fortalecer su carácter. Hay que tener sentido de la responsabilidad que nos ayuda a hacer frente a aquello que depende de nosotros: y hay que tener capacidad de aguante que nos ayuda a soportar aquello que no depende de nosotros: la adversidad”.

Dureza y máxima exigencia para desarrollar la capacidad de aguante y tolerancia. Dar siempre un poco más:

“Intenté prepararlo a Rafa para la dificultad, para asumir la adversidad, y para eso hay que tener dureza. Fui un entrenador que no le facilitaba mucho las cosas. Si facilitamos, el otro aprende bastante menos. Hay que fomentar la capacidad de aguante y resistencia. ¿Cómo aprendes a aguantar y resistir un poco más si te facilitan las cosas? Fui inflexible con Rafa desde el principio. Le exigía mucho, lo presionaba, le gritaba, usaba un lenguaje duro. Siempre lo mandaba a él a recoger las pelotas al final del entrenamiento. Lo hacía barrer la pista. Le hice hincapié en la importancia de aguantar, de aprender a superar la debilidad y el dolor, de esforzarse hasta el límite sin derrumbarte nunca. Lo llevaba a Rafa al límite. Le dije que pelease hasta el final y aguantara. Logró tanto por su cabeza, por su actitud, por querer más, por aguantar más que el contrario. Hay que prepararse para sufrir y seguir adelante. Si veía que estaba haciendo algo mal, no le decía nada, dejaba que lo haga mal y se equivoque para que viera la consecuencia de su error y así aprendiese la lección. Las veces que lo veía al límite le decía que tenía dos opciones: abandonar e irnos a Mallorca donde la parecíamos bien o aguantar un poco más. Una vez se lo dije y a la semana estaba levantando el trofeo. Luego le dije mirando la copa: “esta es la diferencia entre aguantar un poco más”. Conseguir todo lo que ha conseguido mermado físicamente es una proeza. Jugar y ganar lesionado. No creo que nadie pudiese ser capaz de aguantar lo que ha sufrido Rafa. Ha sido increíble. Yo le decía: ´eres un tío lesionado que juegas a tenis´”.

La importancia de no conformarse y la capacidad de mejora a través del trabajo:

“Si daba una derecha genial, bueno, aún faltaba mucho que practicar con el revés. Si encadenaba una impresionante serie de golpes hacia la línea de fondo, estupendo, pero ¿y las voleas? Si ganaba un torneo tampoco era para tanto, además ¿qué pasaba con su saque? “Aún no has conseguido nada, necesitamos más, mucho más”, le decía.  Todo el tiempo busqué evitar que se creyera el éxito alcanzado. no he dejado nunca de enumerarle sus fallos y de recordarle lo que hay que mejorar, para nunca volver la vista atrás y caer en la complacencia de lo obtenido. Hay que entender que las cosas no son fáciles y que solo se logran poniendo toda la atención, dando el máximo y con la capacidad de mejora continua. Yo tengo que preocuparme de lo que depende de mí, de lo que puedo mejorar, y eso es el éxito. El éxito es la tranquilidad de saber que has hecho las cosas que estaban a tu alcance. El éxito es estar satisfecho con lo que estás haciendo. En la vida yo no concibo no mejorar, no concibo hacer una cosa hoy igual que ayer. El resultado final es talento inicial más trabajo. A menos talento inicial, más trabajo. Muy pocos triunfan solo por su talento inicial. Se triunfa por el trabajo, la atención, el aprendizaje y la mejora. Hay que siempre querer evolucionar y progresar. Estar siempre dispuesto a mejorar y aprender. Con trabajo siempre se puede avanzar. El éxito no es ganar Roland Garros o el US Open, sino mejorar. Nuestro objetivo no era ganar sino mejorar, porque mejorando constantemente seríamos capaz de alcanzar el éxito. El mayor talento es la capacidad de aprendizaje y de mejorar. Uno de los requisitos indispensables para lograr éxito es nunca creerse lo suficientemente bueno como para dejar de aprender. Me choca lo exigente que solemos ser con los otros y lo poco con nosotros mismos. Para llegar a cualquier meta, grande o pequeña, solo hay un camino: proponérselo y trabajar. Las personas que destacan en la vida son las que perseveran. La gente que triunfa es la que se da más oportunidades. No quedarse con lo conseguido, siempre hay espacio para mejorar”.

Estar motivado:

“Siempre se puede encontrar la motivación necesaria para hacer lo que sea. Aun en el caso de que no tengas más que el uno por ciento de probabilidades de ganar este partido, aprovéchalo, exprime hasta la última gota ese uno por ciento. No puedes fracasar por falta de voluntad. Si pierdes que sea porque tu rival juega mejor, pero no porque no rindas al máximo. Sería un crimen. Una de las claves de la gente que triunfa es darse más oportunidades, que el error no le hunde. Hay que tener la máxima ilusión en cada partido y entrenamiento. Golpear a la bola lo mejor que se pueda en cada tiro. Es muy fácil motivarse cuando vas a jugar la final de un Grand Slam, pero es imposible llegar a ella si no has puesto ilusión y lo mejor en cada pequeño entrenamiento, en cada torneo menor previo. Rafael se ha acostumbrado a eso: a ir siempre al límite, cada día con máxima exigencia”.

Formar un ser humano digno e íntegro:

“Cuando vi su enorme potencial, me pregunté a qué clase de persona me gustaría ver en la pista, al margen de su capacidad como jugador, y me dije que quería ver a un chico con personalidad, pero sin alardes. No me gustan los divos. Por eso le prohibí desde siempre que tirase la raqueta al suelo; por eso le insistí siempre que pusiera buena cara cuando juega; por eso es importante ser siempre amable y caballeroso con el rival, en la victoria y en la derrota. Tener respeto por los demás, por todos, al margen de quiénes sean y de lo que hagan; ese es el punto de partida de todo.  Es más importante ser buena persona que buen jugador. Lo que no es admisible es que personas que lo han tenido todo en la vida se comporten con grosería con los demás. Cuanto más arriba estás, más obligaciones tienes de tratar a la gente con respeto. Hay que ser humilde y punto. Serlo no es ningún mérito especial. La gente exagera el tema de la humildad. Es simplemente cuestión de saber quiénes somos, dónde estamos y que el mundo seguirá exactamente igual sin nosotros. Rafa es humilde y educado porque le inculqué que solo jugaba bien a un deporte con una raqueta y una pelotita. Que genio es Steve Jobs, que cambió el mundo. Él juega al tenis y nada más. No está haciendo nada por la humanidad, no tiene que creerse más de lo que es. Es imposible liderar a nadie si no se es primero buena persona. Yo aplicaba en la pista, lo mismo que aplicaba fuera de ella. Nunca consideré que los valores que servían para jugar al tenis fueran diferentes a los valores que sirven para ir por la vida. Hoy en día falta la ecuanimidad: cuando es algo sobre los demás, somos capaces de verlo, y cuando es sobre nosotros, no somos capaces de verlo. No hay que ser fanático de uno mismo. ”.

Saber llegar y ser práctico:

“La capacidad de un entrenado, líder y educador, es no solo lo que dice sino cómo lo dice y cuándo lo dice. Un entrenador tiene que adaptar su entrenamiento a las capacidades del entrenado. El mismo sistema o método para todo el mundo, no funciona. Cada cual necesita un sistema diferente. He sido un entrenador que nunca he seguido un método, siempre me he dejado guiar por mi lógica y mi sentido común. He procurado hacer siempre las cosas lo más simples posibles, dándole mucho valor a lo que consideraba esencial y poco a lo que consideraba secundario. Hoy vivimos en un mundo en donde tendemos a complicarlo todo demasiado y a raíz de eso nos confundimos. Hoy todos son datos y estadísticas para analizar. Rafael creció y llegó al N°1 del mundo con tres datos: pegarle a la bola lo más fuerte y lo mejor que pueda, tirarla a donde no esté el rival y que caiga dentro de la pista”.

Capacidad al cambio:

“El mundo cambia y lo que nos servía hace un tiempo para ganar, ya no nos sirve. Hay que estar atentos a los cambios, pero sin perder la esencia. Para ganar como siempre no podíamos hacer lo de siempre. Hay que adaptarse a las nuevas situaciones. En la vida estamos obligados a reinventarnos constantemente. Cambiar cuesta porque crea incertidumbre, pero te da nuevas ilusiones”.

 Repetición y reflexión:

 “Así se entrena. Repetir muchas veces un ejercicio o un golpe, pero reflexionando sobre lo que se está haciendo, para poder mejorar y corregir.  La perfección es imposible y el desafío consiste en escalar la cumbre de las propias posibilidades”.

También te podría gustar...