Etiquetado: River

Guido Rodríguez

Fue padre muy joven. No pudo tener continuidad y asentarse en River. En Defensa y Justicia, de la mano de Ariel Holan, tuvo su despegue definitivo. En México fue el jugador sensación, alcanzando un nivel de altísimo vuelo lo que le abrió la puerta a la Selección. Hoy en el Betis de Manuel Pellegrini es uno de los volantes más eficaces y con mejores estadísticas de La Liga. Un centrocampista de los de antes: pensante, criterioso, simple, con jerarquía para la recuperación y elegancia con la pelota para distribuir juego. Humanizamos a Guido Rodríguez, un pibe con los pies sobre la tierra.

Facundo Ardusso

Uno de los dos mejores pilotos de automovilismo del país. Talentoso enganche que pudo haber jugado en River. Embajador del INADI. Sufrió un gravísimo accidente. Gran amigo de Leo Ponzio. Su hermano padece Síndrome de Asperger. Humanizamos a Facundo Ardusso.

José Chamot

Disputó tres Mundiales con la Selección. Compitió en la élite del fútbol europeo. Es una de las personas más campechanas, modestas e íntegras que se pueden encontrar dentro de su ambiente. Conformó el cuerpo técnico de Matías Almeyda que logró el ascenso con River. Hoy hace su camino como entrenador. Humanizamos a José Chamot.

´Rayo´ Menseguez

Fue un habilidoso jugador de fútbol, de notables condiciones, pero esa etapa ya quedó muy atrás en su vida. Tras su retiro, dio un giro de 180 grados. Tenía todo preparado para ser entrenador, pero comenzó a experimentar el camino del despertar de conciencia y del autoconocimiento, entregándose absolutamente a la espiritualidad. Hoy dedica todo su tiempo y energía a la realización personal y al ser un guía para ayudar al prójimo a elevar su vibración. Humanizamos al ´Rayo´ Menseguez.

Paulo Ferrari

Jugó en solo dos equipos, muchos años en cada uno, con gran regularidad y buen nivel; demostrando lealtad, respeto y pertenencia hacia la institución que representaba. Nunca priorizó el ´salvarse económicamente´. Es uno de los defensores más goleadores de la historia de River. Compartió un mismo vestuario con Ortega, Gallardo y Almeyda. Estando como coordinador de las inferiores de Rosario Central, le pidieron que se haga cargo técnicamente de la Primera en un complejo momento, y a los ¡20 días! lo echaron. Humanizamos a Paulo Ferrari, un tipo simple.

Claudio Morresi

Fue un muy talentoso futbolista de grandes condiciones. Eso queda en segundo plano cuando se habla de su persona: un tipo íntegro, comprometido en causas nobles, culto y luchador incansable de los Derechos Humanos. Perdió un hermano en dictadura, asesinado de seis balazos en la cabeza. Fue Secretario de Deportes de la Nación. Humanizamos a Claudio Morresi, ejemplo de dignidad.

Lucas Boyé

Cualquier entendido destacaba su gran capacidad técnica, su jerarquía en los movimientos y su imponente físico. Todo su potencial se vio opacado por las críticas recibidas, las cuales, siendo chico, no supo manejar desde lo psicológico. La típica impaciencia de una parte de los hinchas y las presiones externas, lo condicionaron desde la confianza y seguridad en sí mismo, viéndose reflejado en su juego y no pudiendo explotar en River. Humanizamos a Lucas Boyé, el muy buen jugador que no logró prevalecer ante la voracidad del mundo River.

Cuando el amor es más fuerte

Afirman la mayoría de los protagonistas, que el jugador nunca muere. Que la carrera se acaba por cuestiones naturales y biológicas, pero que de mente y alma se siguen sintiendo futbolistas de por vida, a pesar de no poder ejercer la profesión físicamente. Muchos siguen vinculados al fútbol como entrenadores, formadores, dirigentes, representantes; pero ningún cargo destierra al hombre de botines y pantalones cortos. Muestra cabal de ello son los ejemplos de Matías Almeyda y Juan Sebastián Verón. Ambos se retiraron, pero al tiempo decidieron volver a la actividad, porque el amor es más fuerte.

Roberto Trotta: ser rebelde

Fue un zaguero central aguerrido, de mucha presencia y personalidad. Multicampeón con Vélez y River. Pero a Roberto Trotta no solo se lo recuerda por lo hecho y conseguido dentro del campo de juego, sino por su forma de ser. Rebelde, extrovertido e irónico. No se callaba nunca y siempre que consideraba necesario, ´picanteaba´públicamente a quien fuese. El propio defensor narra por qué forjó ese personaje…

Mostaza Merlo: fidelidad por una camiseta

fidelidad, arraigo y sentido de pertenencia. Pocos en la historia del fútbol argentino respetaron una camiseta y la defendieron de tal manera como Mostaza Merlo lo hizo con la de River. Llegó a los 10 años y se fue a los 34, permaneciendo 24 de forma ininterrumpida, desempeñándose 15 años consecutivos en la Primera y siendo el único en la historia de la institución en jugar toda su carrera allí, además de ser el que más partidos disputados posee. Tuvo ofertas para ir a otros clubes, pero siempre las rechazó para quedarse en River. Mostaza cuenta en primera persona su amor por la banda roja.